
Es una lesión que afecta a la parte trasera de la pantorrilla. Ocurre principalmente en la práctica de deportes recreativos, especialmente común en personas que practican deportes solamente durante el fin de semana o un par de veces a la semana, es decir, de forma esporádica. Y más usual en personas mayores de 30 años, siendo una lesión muy frecuente. La gran mayoría de las ocasiones requiere de cirugía.
El tendón de Aquiles conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Facilita caminar al ayudar a levantar el talón del suelo, por lo que es esencial para la movilidad de las personas. Gracias a él podemos ponernos de puntillas e impulsarnos del suelo.
Si el tendón de Aquiles se estira demasiado, puede desgarrarse o romperse parcial o totalmente.
¿Qué síntomas tiene una rotura del tendón de Aquiles?
El paciente nota normalmente un “chasquido” a la vez que se pierde fuerza, es decir, no se puede doblar el pie hacia abajo. Frecuentemente se siente dolor y rigidez repentinos y agudos, acompañados de una sensación de rotura o “reventón”.
La parte trasera de la pierna, entre el talón y la pantorrilla, se hincha notablemente y se sufre una gran dificultad para andar. También puede ir acompañado de la aparición de un hematoma.
¿Cuáles pueden ser las causas?
Las causas más comunes son las siguientes:
- No utilizar el calzado adecuado al entrenar o competir.
- No tener una buena condición física.
- Un aumento excesivo en el nivel de intensidad del entrenamiento que sobrecargue el tendón.
- No calentar los músculos de la pantorrilla correctamente antes de hacer ejercicio.
- Rotación excesiva del pie hacia dentro.
- La degeneración paulatina del tejido del tendón.
- Sobrepeso u obesidad.
- Anomalías en el pie, por ejemplo, pie plano o tener arcos de los pies demasiado altos.
- Sufrir un traumatismo violento.
¿Cuál es su recuperación?
La gran mayoría de casos, por encima del 80%, requieren de cirugía. Lo más importante es consultar con un médico o especialista para tratar cada caso de forma particular.
Hay personas que tratan de evitar la cirugía, sobre todo por ser de avanzada edad o con problemas médicos subyacentes, mediante la inmovilización del miembro que puede durar entre dos y cuatro meses.
Tratamiento de una rotura parcial del tendón de Aquiles
Tras la cirugía es muy importante realizar un programa de recuperación basado en ejercicios de fisioterapia orientados a conseguir la recuperación muscular y de la movilidad progresiva. Los estiramientos del tendón se deben realizar lentamente. A los masajes y ejercicios de movilidad se pueden añadir técnicas basadas en la utilización de ultrasonidos.
Los masajes y los ejercicios isométricos pueden ser de gran ayuda para conseguir una pronta y efectiva recuperación, disminuyendo el tiempo de baja del paciente.
Durante el tratamiento es usual la utilización de analgésicos y antiinflamatorios por vía oral (en algunos casos incluso antibióticos).
También hay tratamientos alternativos basados en el empleo de células madre o de terapias con láser de baja frecuencia.
Se trata de una dolencia que requiere de mucha fuerza de voluntad y constancia para conseguir una recuperación lo más efectiva y rápida posible.
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