
El modo más sencillo de tratar las lesiones es prevenirlas. Mantener siempre una flexibilidad adecuada, calentar antes de cada ejercicio y estirar al terminar el mismo, es sin duda una de las mejores prevenciones.
No fijarse objetivos desproporcionados a nuestras posibilidades en cada momento, y seguir un entrenamiento progresivo y correcto son básicos para prevenir lesiones, además de una alimentación e hidratación correctas. Es muy habitual ver lesiones en esquiadores de fin de semana que durante la semana no hacen ninguna preparación física.