¿Y eso del mindfulness qué es?

El mindfulness o atención plena es una poderosa herramienta para paliar la ansiedad o el estrés.

A pesar de que está técnica bebe del budismo, está desprovista de cualquier aditamento de carácter religioso. Esta práctica llega al mundo occidental en los años 70 a través de un joven especialista en biología molecular llamado Jon Kabat-Zinn. Este señor pudo comprobar los beneficios en su propia salud derivados de la práctica de diferentes técnicas de meditación budista e ideó lo que conocemos ahora como “mindfulness”.

Mindfulness es un concepto que proviene de la palabra “sati”, del pali, idioma similar al sánscrito que se hablaba en la época de Buda, es decir, hace unos 2.500 años. Sati es la la nominalización del verbo “sarati” que significa recordar. Por ello, mindfulness es la práctica que nos permite recordar que vivimos en el presente, prestando total atención a lo que está ocurriendo en ese preciso momento. Hace alusión a la actividad misma de la conciencia pura. En el contexto occidental, mindfulness se utilizar para denominar al conjunto de técnicas de relajación y meditación consciente que permiten fijar la atención en el momento presente, sin juzgarlo y mostrando una actitud bondadosa o amorosa hacia lo que se contempla.

El mindfulness se ha ido consolidando en la sociedad occidental poco a poco hasta copar las agendas de actividades de muchos centros espirituales, empresas, escuelas, terapias psicológicas o de coaching y gimnasios de nuestro país, sobre todo a partir de la llegada del nuevo milenio.

mindfulness

El mindfulness nos permite conectar con el “ahora”, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando en ese preciso momento. Esta práctica requiere un entrenamiento constante. No es fácil. Centrarse en el presente implica aceptar que las emociones nacen y no se pueden controlar, sino que hay que dejarlas fluir y observarlas en su devenir. Gracias a esta aceptación, eliminamos la sensación de ansiedad y frustración que suelen surgir ante situaciones que no podemos controlar o cambiar, por ejemplo, la muerte de un ser querido o el despido laboral. Observar sin juzgar, esa es la clave. Mindfulness puede ser una herramienta poderosa para aprender a gestionar correctamente nuestras emociones y pensamientos.

Varios estudios médicos han demostrado que puede ser útil para mejorar nuestra salud mental rebajando el nivel de estrés y ansiedad, al mismo tiempo que aumentamos la capacidad de concentración y memoria. También puede ser una óptima herramienta complementaria en terapias psicológicas, siempre y cuando cuente con la supervisión de un psicoterapeuta.

Para practicar mindfulness es esencial que lleguemos a un nivel de relajación que se propicia siguiendo una serie de pautas básicas:

– Entorno: debe ser un lugar reconfortante, ventilado, sin temperaturas extremas, silencioso y tranquilo. Provisto de una luz tenue o en completa oscuridad. Que nos sintamos bien con el lugar.

– Vestimenta: cómoda, evitando ropa ceñida. Se recomienda la utilización de prendas de algodón, que sean transpirables, a poder ser de color blanco.

– Buscar un momento del día en el que no nos vayan a interrumpir. Que podamos dejar a un lado el móvil, la agenda y el estrés diario.

practicar mindfulness

Meditar requiere quietud corporal, ralentizar la respiración, aislarse de los estímulos externos. Todo un reto dada la sociedad hiperconectada en la que vivimos, llena de inputs que buscan atraer nuestra atención. Por ello, requiere mucha práctica y paciencia consigo mismo. Todo es cuestión de crear pautas integrar la relajación y meditación en nuestro día a día. Sería algo así como ir al “gimnasio de la mente”. Es importante no desistir y abandonar el hábito.

Para las primeras sesiones basta con unos pocos minutos, máximo diez. Iremos aumentando la duración de las sesiones a medida que vayamos mejorando con la práctica.

Algunas personas lo utilizan para mejorar su calidad de sueño o luchar contra el insomnio. Por ejemplo, está demostrado la utilidad de practicar meditación guiada para conciliar el sueño. Mindfulness, según un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos) ayuda a dormir más y mejor.

Según Sara Lazar, neurocientífica de la Universidad de Harvard, la práctica de la meditación provoca cambios de diferentes partes de nuestro cerebro, pudiendo frenar el deterioro natural que se produce con el paso de los años.

Algunas ventajas de la práctica del mindfulness son:

– Reduce la ansiedad y el estrés, disminuyendo los niveles de cortisol en el organismo (hormona responsable del estrés).

– Previene las caídas emocionales por depresión.

– Combate el shock emocional.

– Ayuda en el período de duelo ante una ruptura sentimental o pérdida de un ser querido.

– Incrementa el sistema inmune.

– Reduce el dolor crónico.

– Es un apoyo para las personas con trastornos obsesivos-compulsivos.

– Ayuda a las personas con fobias.

– Mejora el descanso y beneficia a la conciliación del sueño.

– Incrementa la autoestima.

– Es muy positivo para mejorar situaciones de crisis.

– Aumenta la atención y memoria.

Todo comienza con ejercicios de respiración. Concentrándonos en comprobar cómo el aire entra y sale de nuestros pulmones, de escuchar el ritmo de nuestra respiración al mismo tiempo que el cuerpo se va haciendo más pesado debido a la relajación. Focalizando nuestra mente en la respiración. Inhalando aire durante unos cinco segundos, sosteniendo la respiración durante otros cinco segundos para exhalar lentamente. Observando cómo nuestro abdomen sube y baja con la respiración.

A partir de que entramos en un estado de relajación, hay muchas técnicas, de diferente nivel de complejidad.

Por ejemplo, recuerda una situación que te haya afectado especialmente. Concéntrate en ella y en lo que sientes. ¿Qué sensaciones llegan a tu mente? Ponles nombre. ¿Angustia, miedo, amor, desamparo, tristeza? Obsérvalas, pero no las juzgues, haz como el que ve pasar una hoja llevada por la corriente de un río. Contempla lo que pasa por tu mente, pero hazlo de una forma externa, como un observador que lo mira todo desde fuera.

Sé paciente contigo mismo. Poco a poco, con la práctica regular, irás adquiriendo una mayor destreza. Comienza con ejercicios de relajación o meditación básicos. La meditación guiada puede ser una buena idea, por ejemplo, te recomendamos las de Alfonso Acero, hay muchas disponibles en “iTunes Store” o en otras tiendas digitales.

Trata de investigar técnicas, de profundizar en este tema, hay mucha bibliografía e información disponible en internet. Respecto a vivir el presente, también te recomendamos que leas “El Poder del Ahora” de Eckhart Tolle, un fenómeno editorial en todo el mundo y que mucha gente dice que le ha cambiado la vida.

Como casi todo, el mindfulness también tiene sus seguidores y sus críticos. Nosotros, desde RS7, os animamos a probarlo y que cada uno saque sus propias conclusiones. Además, relajarse y conectar con uno mismo suena genial y, a priori, es un plan que parece tener muchas más ventajas que inconvenientes.

Al fin y al cabo, el presente es el único momento que podemos vivir con plenitud. Conéctate al presente y a ti mismo con el mindfulness.

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