El azúcar, la droga del siglo XXI

En multitud de países de todo el mundo se está cuestionando la cantidad excesiva de azúcar presente en los alimentos por lo perjudicial que supone para la salud de las personas. 

Se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcar implica un alto riesgo de padecer patologías como diabetes tipo 2, obesidad o enfermedades cardiovasculares. De hecho, el azúcar es una de las sustancias químicas puras que consumimos, junto con la sal, y no aporta nutrientes, sino calorías vacías. 

Estudios neurofisiológicos demuestran que los azúcares refinados tienen la capacidad de unirse a los receptores cerebrales en zonas del hipotálamo, que son los mismos a los que se unen drogas como la cocaína, teniendo la capacidad de estimular la secreción de dopamina y activar los circuitos de recompensa. Este sistema es similar a la adicción que se produce con el consumo de drogas.

La OMS recomienda limitar el consumo de azúcares libres o añadidos a menos del 5% de la ingesta calórica total, es decir, menos de 25 gramos diarios. Ahora tengamos en cuenta que la media diaria mundial está en 90 gramos y que en España sobrepasamos la media con 110 gramos diarios por persona…

Nuestro Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y la industria alimentaria sellaron un pacto para disminuir la cantidad de sal, azúcar y grasas en más de 4.000 productos de 398 empresas. Muchos nutricionistas y médicos creen que estas medidas no son suficientes y que se tendría que legislar sobre los niveles de azúcar en los alimentos, especialmente los dirigidos a los niños.

Ha sido en los últimos años cuando el azúcar ha acaparado el foco de atención como enemigo número de la industria alimentaria. Los alimentos refinados y concretamente el azúcar blanco es uno de los grandes problemas actuales para la salud de las personas. El consumo se ha disparado por la gran cantidad de alimentos que contienen azúcar añadido. Podemos encontrar azúcar añadido en refrescos, galletas, bollería, cereales, chocolates, mermeladas, conservas, alcohol, salsas, alimentos precocinados, chucherías o zumos industriales.

¿Cuáles son las peores consecuencias de un excesivo consumo de azúcar añadido?

Entre los efectos negativos de un consumo excesivo de azúcar, podemos encontrar los siguientes:

  • Efecto adictivo: decimos que es la “droga del siglo XXI”, porque al igual que éstas, promueve la generación de dopamina en el centro de placer del cerebro. No debemos subestimar el efecto negativo de esta adicción y es importante que busquemos la ayuda médica para acabar con este hábito alimentario sumamente dañino para nuestra salud.

 

  • Hambre sin control: estudios científicos han demostrado que la fructosa influye en la leptina, una hormona que controla la sensación de hambre. El consumo crónico de azúcares logra desestabilizar y crea resistencia a la leptina, lo que se traduce en una constante sensación de hambre y una pérdida de control del apetito. Además, el azúcar blanco hace que el páncreas produzca grandes secreciones de insulina y que a su vez tengamos más ganas de picar entre horas.

 

  • Acelera el envejecimiento: disminuye la reparación de colágeno, que es la proteína que influye en el aspecto saludable y juvenil de la piel.

 

  •  Incremento de triglicéridos en la sangre: si combinamos una elevada cantidad de azúcares junto con las grasas, favoreceremos la síntesis y acumulación de triglicéridos, lo que conlleva una mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.

 

  • Aumento rápido de peso: las comidas ricas en azúcares suelen serlo también en calorías, además de un bajo poder saciante que hace que comamos más y engordemos. Los azúcares hacen que el organismo necesite cada vez más insulina, va aumentado la resistencia del cuerpo hacia esta. En la sangre se comienza a formar glucosa que es uno de los factores que más influyen en la obesidad. Las estadísticas demuestran que el consumo de chucherías, dulces o bollería industrial puede aumentar en un 60% el riesgo de sufrir obesidad en los niños.

 

  • Cáncer de páncreas: está muy relacionado con el consumo excesivo de azúcar.

 

  • Hipertensión arterial que, según la Universidad de Colorado, podría estar estrechamente ligado al consumo alto de azúcares.

 

  • Gota: también hay estudios que relaciona el consumo de azúcar con esta patología, que se origina por la acumulación de ácido úrico especialmente en las articulaciones, los tejidos blandos y los riñones.

 

  • Subida rápida de la hiperactividad, adrenalina, ansiedad y la dificultad para concentrarse, especialmente en los niños.

 

  • Cáncer del sistema digestivo: el consumo de azúcar podría ser un factor ambiental desencadenante.

 

  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico: cuando la fructosa se convierte en grasa también genera colesterol negativo y puede provocar el hígado graso. Estudios científicos confirman que las personas que suelen sufrir de hígado graso consumen dos o tres veces más azúcar que una persona sana.

 

  • Resistencia a la insulina: el exceso de glucosa en la sangre puede generar una reacción tóxica que se puede complicar con una diabetes. El exceso de azúcar suele provocar una disfunción metabólica en la que la insulina deja de actuar correctamente y las células se vuelven resistentes a ella, lo que puede desencadenar diabetes tipo 2, obesidad, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

 

  • Problemas para el corazón: estudios demuestran que el azúcar es mucho más perjudicial que la grasa siendo la causa principal de que se taponen las venas y disminuya el riego sanguíneo.

 

  • Malnutrición: viene acompañado de deficiencias en elementos tan imprescindible para el organismo como lo son la vitamina A y C, el hierro, ácido fólico o calcio.

 

  • Riesgo para la memoria: también se está comprobando que puede ser causa del desarrollo de la disfunción cognitiva y la enfermedad del Alzheimer. El alto nivel de fructosa está relacionado con el deterioro de la memoria y la reducción de la actividad del hipotálamo. 

 

  • Migrañas: está relacionado con un aumento en el número dolores de cabeza.

 

  • Problemas dentales, como proliferación de caries.

Beneficios de bajar el consumo de azúcar añadido

Beneficios de bajar el consumo de azúcar añadido

Si optamos por hábitos alimentarios saludables y lo combinamos con una bajada baja drástica del consumo de azúcares añadidos, los beneficios serán evidentes a corto y medio plazo:

  • Disminuirá notablemente el riesgo de sufrir un infarto.
  • Mejorará el nivel de colesterol y la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares.
  • Disminuirá la probabilidad de padecer Alzheimer o demencia.
  • La piel lucirá más sana y con menos arrugas.
  • Estaremos más alerta.
  • Tendremos un 23% menos de riesgo de sufrir depresión.
  • Descenderá la presión arterial.
  • En el caso de los niños, estarán más concentrados en las tareas de aprendizaje y estudio.
  • Visitaremos mucho menos el dentista, especialmente para tratar caries.
  • Nuestro sistema inmunitario estará más fuerte, por lo que disminuirá la posibilidad de enfermar a menudo.
  • Controlaremos mejor nuestro apetito y nos sentiremos menos hambrientos.
  • Adelgazaremos porque obligaremos a nuestro cuerpo a quemar grasa para obtener el azúcar que ya no tendría a través de los carbohidratos.
  • Nos sentiremos menos hinchados.
  • Disminuirá notablemente el riesgo de padecer diabetes.
  • Tendremos mejores relaciones sexuales.
  • Dormiremos más y mejor.
  • Viviremos más tiempo.

 

Como podemos comprobar, hay vida más allá del azúcar. 

Como cualquier otra adicción, nos costará eliminar el mal hábito de nuestras vidas, pero el resultado a nivel de salud y bienestar hará que valga la pena.

Para controlar la ansiedad no dudes en centrarte en el deporte o en la práctica de yoga, mindfulness o meditación guiada. 

Es aconsejable que por un tiempo dejes de lado el consumo de excitantes como el café para ayudarte a conseguir el objetivo de alejar los azúcares añadidos de tu dieta.

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